por Ulises Pabón
En el 1991, durante mi segundo viaje a Singapur, me topé con el libro “Singapore - The Next Lap”. El libro, publicado por el gobierno de Singapur en febrero del 1991, delineaba el plan estratégico del país. Incluía capítulos sobre la población, la educación, la economía y la seguridad nacional, entre otros. El título … La Próxima Vuelta … era una metáfora, tomada del deporte de pista y campo, para los próximos 25 años de Singapur.
Aún conservo mi copia.
El libro me sirvió de plataforma para muchas conversaciones sobre el futuro de Puerto Rico. Las más ricas, sin duda, fueron las que sostuve con un vecino, en mi condominio, que me pidió el libro prestado, se lo leyó en dos día y me lo devolvió con una condición: “tenemos que sentarnos a dialogar sobre las lecciones de este libro y su aplicabilidad para Puerto Rico”.
Por supuesto que nos sentamos; al menos, un puñado de veces. Nada más estimulante que dialogar con alguien que integra inteligencia con humildad. Con alguien que combina curiosidad y juicio; imaginación y pragmatismo. Yo no tenía idea del regalo que mi vecino me estaba haciendo.
Ayer tuve la oportunidad de hacer esa reflexión. Mi vecino era Alfredo Salazar, en aquel entonces (1991/92), Presidente de la Compañía de Fomento Industrial.
Salazar falleció el sábado pasado y ayer atendí una misa celebrando su vida. La pausa me permitió revivir aquellas conversaciones con Alfredo.
En nuestra “jerga” en QBS, diferenciamos entre los "knowers" (los "sabelotodo" que no pierden la oportunidad para demostrar lo mucho que saben) y los "learners" (los curiosos que no pierden la oportunidad de explorar, descubrir y aprender).
Alfredo era un “learner”; un “learner” con un gran corazón. Estoy seguro de que sus familiares y amigos, asi como los que lo conocieron en la empresa privada y en el servicio publico tendrán sus historias que den fe de su espíritu. Yo puedo dar fe de mi extraordinaria y privilegiada experiencia conversando con mi vecino sobre el futuro de nuestra isla.
Lo voy a echar de menos. No obstante, me lo imagino en su "próxima vuelta" a la pista, una pista en otro plano.
Alfredo Salazar, que en paz camines.